Hoy “no quiero levantarme de la cama”
Llego el otoño, las hojas de los arboles verdes se tornan amarillas y comienzan a descender bailando al compás del viento que azota mi ventana, abro la cortina, entrecierro los ojos por la luz que me produce ceguera por unos instantes, y si ahí está el cielo gris, el pasto con una matiz verdosa amarillenta, la pileta verde y el sauce deslizando sus hilos de ramas de lado a lado, como lo hacemos al bailar un vals. Todo igual que ayer, todo será igual mañana, un rato en cama por esta mañana, a fin de cuentas nada cambiará.
Mirar el vidrio humedecido por la cálida temperatura que rodea mi cuarto hasta recordar ese momento, ese momento que tanto nos dolió y sentir que la habitación va tornándose fría, que agarra los peores fríos de la montaña Argentina, sentir como se van enfriando los pies hasta poner los pelos de punta de los brazos, como ingresa ese frió por tus fosas nasales y toman tu garganta y la congela, acaba congelando los pulmones y ese dolor que tanto guardamos y ocultamos renace para colocar tristes lagrimas que se deslizan al caer por las mejillas…
Continuara…
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